SOBRE LA SITUACIÓN INTERNACIONAL (DEL V AL VI ENCUENTRO NACIONAL DEL CONGRESO SOCIAL HACIA UN NUEVO CONSTITUYENTE, 14 Y 15 DE JULIO DE 2012, CIUDAD DE SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P.)
1.- La crisis del sistema capitalista-imperialista mundial, se mantiene en un grave estancamiento que puede derivar (o para algunos ya está derivando) en una violenta depresión cruzada empujada por el comportamiento de la Ley General de la acumulación capitalista, la sobreproducción relativa de mercancías y la caída histórica del incremento del plusvalor y de la Tasa General de Ganancia Media. Así, la crisis estallada en el 2008, se mantiene hasta el primer semestre de este 2012. Su presencia se extiende en todo el mundo y va siendo gradual, en extensión y profundización. En los países imperialistas, que fue donde estalló, su desarrollo ha tenido diferenciados comportamientos, sin variar en su causa fundamental. El ciclo de esta no se ha agotado. Ni siquiera ha pasado a la siguiente fase de la misma, que es la de la depresión. Los rasgos que se mantienen de esta se expresan en la mayoría de los países del mundo: el incremento en el interés de los préstamos; la reducción de los créditos comerciales. Aumento en el capital de préstamo. Las bajas en los precios de algunas mercancías. Fuertes alteraciones en las ventas y compras de mercancías, reflejadas en parte en las exportaciones e importaciones. Reducción en la producción industrial. Cierre de empresas en cadena y crecimiento del despido de trabajadores. Muchas empresas no pueden abandonar sus débitos y quiebran y son absorbidas por los monopolios y estos aumentan sus capitales fortaleciendo la centralización en unos pocos. Se reduce la producción social y la renta nacional. Es decir, la crisis no se ha superado, ha tenido diferentes efectos económicos y políticos. Está tiende a prolongarse y seguirse extendiendo por el eslabonamiento de las economías.
A pesar de que algunas economías imperialistas han mostrado recuperación, expresada relativamente en su PIB, este ha sido inferior a sus expectativas y no han alcanzado los niveles anteriores al 2008 o hasta el 2008. Que este crecimiento no se basa, fundamentalmente en la producción o la reactivación, sino en la economía especulativa o en su condición de países “conquistadores-invasores”. Y son los países desarrollados o imperialistas quienes muestran esas debilidades que arrastran a su vez a las economías dependientes. EE.UU, Japón, Alemania, crecieron su PIB, por debajo de sus expectativas y establecen un pronóstico pesimista de mejora. China redujo su PIB, pero aún así tiene mejor comportamiento económico capitalista que todos los demás países.
En los círculos oficiales, de todo tipo, se expresan contradicciones en la caracterización de la crisis. Algunos reconocen que ha habido recuperación y otros que no. Pero en lo que todos coinciden es que la crisis sigue ahí, como un fantasma que acecha al capitalismo por un largo periodo y que está minando su existencia. Por lo que la mayoría de los pronósticos auguran escenarios sombríos, de recaída, de “lentitud económica”, de crecimiento “anémico” y corto. De recuperación dolorosa y a largo plazo. Y sobre todo riesgos de estallidos sociales. Por ejemplo de se ha dudado de los datos de recuperación de EE.UU., porque el interior de la economía de ese país muestra un comportamiento diferente.
Las disputas imperialistas por los mercados del mundo, se siguen expresando en la pelea del petróleo y demás materias primas a escala de megaproyectos, con mayor destrucción del medioambiente. La definición de nuevas políticas monetarias rivalizadas principalmente entre EE.UU, China, la UE-Zona Euro y el BRIC. Tendencia a la baja de la hegemonía yanqui. EE.UU y China disputan la hegemonía de la moneda. Y el BRIC se lanza a afianzar más su alianza como bloque y convertirse en un fondo de financiamiento de las economías y más de las que están en problemas.
Los rasgos que más destacan el agravamiento del estado de las economías, es el crecimiento del desempleo, de la pobreza, bajas salariales, endeudamiento y sobreendeudamiento público, drásticos recortes presupuestales, enriquecimiento y fortalecimiento de algunos monopolios. Crecimiento de la especulación. Inyección” toxica” de monedas a los fondos. Fortalecimiento del negocio de la droga, del crimen organizado y su peso en la economía. EE.UU y España encabezan la tasa más alta a nivel mundial de desempleo.
Crecimiento de la violencia reaccionaria en países, zonas y regiones, de viejos y nuevos conflictos. Profundización de las intervenciones directas, abiertas, militares, económicas y políticas del imperialismo en donde está en riesgo su presencia o dominio. Destacando el papel del narcotráfico como política de combate al movimiento democrático y revolucionario, como parte del proceso de fascistización mundial.
2.- Como respuesta necesaria a las contradicciones materiales que de esta Ley económica brotan, cada clase y sector de clase, presiente la guerra civil que de ello se deriva y sale en defensa y la sobrevivencia de sus intereses inmediatos e históricos como una necesidad.
3.- Así, por todos los rincones del planeta, región por región, país por país, milímetro a milímetro se cualifica la arquitectura de la lucha de clases mundial que las noticias de hoy y en todos los idiomas nos traen incluso en tiempo real. Sin duda alguna, nuestros tiempos, muestran que sigue vigente la definición leninista de que “vivimos la época del imperialismo y las revoluciones proletarias”.
4.- Al realizarse nuestro V Encuentro –los días 4 y 5 de febrero en Toluca, Estado de México- revisábamos de manera general los principales acontecimientos que se habían recién suscitados o que estaban aún acaeciendo en el mundo y por tanto de cómo repercutían en nuestro país:
5.- África del Norte, Próximo Oriente, Zona Euro-Comunidad Europea, China (“La Fábrica-Mundo”), Japón, Estado Unidos de Norte América, Reino Unido, Francia, Italia, Grecia,Portugal, España, Irán, Irak, Paquistán, India, Túnez, Egipto, Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina, México (Cherán, Ayotzinapa, Tiripetio, Morelia, debate, elecciones, reformas estructurales, “Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado”, “Estela de Luz”, Paro de transportistas, concesión de los amparos de la Justicia Federal a Napoleón Gómez Urrutia y al Sindicato Minero que Él dirige, emplazamientos a huelga, negociaciones contractuales, etc.), son muestras y escenarios de esta guerra civil que atraviesa los cuatro puntos cardinales del Planeta Azul.
6.- ¿O República Soviética y proletaria del 99.99% o República Fascista burgués-imperialista del 0.01%? ¡Si! Pues la encrucijada de nuestros tiempos no admite término medio.Cada clase y sector de clase, exhibimos las armas y las miserias que portamos en estos combates y en esta guerra civil.
7.- El 0.01% de los más poderosos multimillonarios del Planeta frente a la caída de la tasa media de ganancia sin excusa ni pretexto y de manera inmediata nos han impuesto su dictadura de terror y muerte: usando a su estado y su gobierno (que es la junta que administra los intereses generales de la burguesía) han salvado grandes bancos, grandes empresas … pretenden salvar el pellejo de la economía política capitalista-imperialista descargando todo el peso de la crisis sobre las espaldas de la economía política de la fuerza de trabajo, del trabajo vivo, de los esclavos modernos, de la clase de los proletarios.
8.- Y nuestra respuesta del 99.99% de la República soviética proletaria no se ha hecho esperar: grandes y pequeños levantamientos por doquier; grandes y pequeñas insurrecciones;huelgas económicas, huelgas políticas y huelgas generales; marchas, movilizaciones, demostraciones; formas de lucha y organización legales e “ilegales”; agitación y propaganda;consignas, banderas, demandas, manifiestos, declaraciones, convocatorias, llamamientos, plataformas y programas, “viejas” y “nuevas” formas de lucha y organización. El contenido político-ideológico fundamental es el anti 0.01%, es anticapitalista.
9.- Ya incluso algunos se han querido adelantar en su caracterización de contenido de clase-sujeto histórico. Desde luego, bajo la óptica de “su” propio contenido de clase y “su” propio contenido político-ideológico. Ya haciendo tabla rasa de las reformas en Cuba, de la profundización de las orientaciones capitalista-imperialistas del P”C” Chino, del nuevo dirigente Norcoreano, del papel y el contenido capitalista de los llamados BRICS, de los reacomodos en América Latina y el Caribe frente a los yanquis y de cara a China y Rusia, sobre “Indignados” y “Ocupas”, etc.
10.- Así por ejemplo, y solo para citar algunos:
Ángel Guerra Cabrera en: “La crisis capitalista, sus repercusiones políticas y Francois Hollande III y Final nos dice:
“La elección de François Hollande a la presidencia de la influyente Francia pareciera condensar el rechazo de los europeos a las feroces políticas de austeridad del dúo Mercozycon las que el inminente inquilino del Elíseo ha discrepado. Su promesa de crecer, crear empleos y cobrar altos impuestos a los ricos es contraria al camino seguido hasta ahora por el eje germano-francés como también el compromiso de retirar este año las tropas galas de Afganistán. La proyección de Hollande, aunque no sea el cambio social, sintoniza con la tajante inconformidad hacia aquellas políticas y con parte de las demandas del 15M(o indignados) de España y otros países europeos expresadas en una larga cadena de protestas populares y huelgas -como en Grecia, Italia, y de nuevo España y Francia- que han tenido ya alentadoras repercusiones al otro lado del Atlántico en Ocupa Wall Street. Debe reconocerse la influencia en ellas de los legítimos movimientos populares árabes de 2011 por más lascas que de su irrupción hayan sacado el imperialismo y las monarquías árabes contrarrevolucionarias.
Hollande, con la presión desde su siniestra del Frente de Izquierda de Melenchon y el apoyo de fuerzas sociales, políticas y de algunos gobiernos del Viejo Continente que han mostrado su aversión a los inhumanos “ajustes” que dicta Berlín vía Bruselas, podría iniciar la ruptura de la socialdemocracia con la ponzoñosa tercera vía de Tony Blair y levantar de nuevo la histórica bandera parisina de la solidaridad, contraria a las actuales normas de la Unión Europea. Pero para lograrlo tiene que enfrentar resueltamente al mundo de las finanzas, su adversario según ha declarado, y, por consiguiente, a Merkel y a gran parte de la derecha europea. No obstante los mencionados avances de la izquierda en la zona mediterránea y los que se vislumbran en otros países de Europa – sea vía electoral o de la protesta en las calles- no debe subestimarse ese otro fruto de la crisis manifestado en el ascenso electoral de la ultraderecha, muy cercana, por cierto, al gobernante y franquista Partido Popular.
El liderazgo francés podría alentar a Europa al rescate de la democracia, el bienestar, la solidaridad y la paz, movimiento que adquiriría una enorme importancia internacional y podría encontrar decididos aliados en América Latina y el Caribe. Es esta la región del mundo a donde en los últimos 20 años se ha desplazado el polo principal de enfrentamiento contra el sistema de dominación del imperio yanqui. Al sur del río Bravo una pionera ola de luchas populares desencadenada entre fines de los ochentas y principios de los noventas puso al neoliberalismo cuando menos en la picota pública. Cuando más, se tradujo en un grupo de gobiernos que en distintos grados adversan al Consenso de Washington, han dado firmes pasos hacia su independencia económica y política, gestado significativos programas de inclusión social e impulsado la creación de una conciencia de unidad e integración que toma cuerpo en nuevas y promisorias instituciones al margen de Estados Unidos, como la Alba, la Unasur, Petrocaribe y la Celac. El desafío consiste en seguir avanzando en esta dirección con un sólido apoyo popular, mantener una estrecha unidad y cooperación entre los gobiernos progresistas de la región pero también entre estos y los de derecha en todo aquello en que sea posible coincidir.
La Gran Recesión va para largo y el gran capital financiero y los gobiernos a su servicio, como en Europa y Estados Unidos, la han aprovechado para aplicar más y peor de lo mismo que la creó a costa del sufrimiento y el desmantelamiento de los derechos de los pueblos e insistiendo en el camino de la guerra. Avanzan además en la militarización y la criminalización de la protesta social con pretextos como las supuestas guerras contra el terrorismo o el narcotráfico. Por eso, a la luz de la posibilidad esbozada por la elección de Hollande es válido pensar en un gran frente de pueblos y gobiernos de Africa, Asia, Europa y América Latina que aboguen por la paz, el respeto a la soberanía, la no intervención, la justicia social, la relación armónica con la naturaleza y la equidad. Los BRICS podrían contribuir mucho a tal iniciativa. Pero este frente únicamente puede tener éxito si continúan incrementándose las luchas populares contra los planes de ajuste del capital financiero y sus aventuras militares.”
Así también Antonio Negri y Michael Hardt en “Toma el Relevo” escriben:
“ Dos mil once comenzó pronto. El 17 de diciembre de 2010 en Sidi Bouzid, Túnez, el vendedor callejero de veintiséis años Mohamed Bouazizi, que dicen que había obtenido una licenciatura en ciencias informáticas, se prendió fuego. A finales de mes, las revueltas de masas se habían extendido en Túnez con el reclamo de “Ben Ali dégage!” y efectivamente a mediados de enero, Zine el-Abidine Ben Ali ya se había marchado. Los egipcios tomaron el relevo y, con decenas y centenares de miles saliendo regularmente a las calles desde finales de enero, exigieron que Hosni Mubarak se fuera también. La Plaza Tahrir de El Cairo fue ocupada durante apenas dieciocho días antes de que Mubarak abandonase el poder.
Las protestas contra los regímenes represivos se expandieron rápidamente a otros países en el Norte de África y en el Medio Oriente, incluyendo Baréin y Yemen y finalmente Libia y Siria, pero la chispa inicial en Túnez y Egipto también prendió más lejos. Los manifestantes que ocuparon la sede del gobierno estatal en Wisconsin en febrero y marzo expresaron su solidaridad y reconocieron la influencia de sus homólogos en El Cairo, pero el paso crucial comenzó a darse el 15 de Mayo con las ocupaciones de las plazas centrales en Madrid y Barcelona de los llamados indignados. Las acampadas españolas se inspiraron en las revueltas tunecinas y egipcias y llevaron a cabo sus luchas en formas nuevas. Frente al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero reclamaron “Democracia real ya”, rechazando la representación de todos los partidos políticos, y transmitiendo una amplia gama de protestas sociales, desde la corrupción de los bancos al paro, desde la falta de servicios sociales al insuficiente acceso a la vivienda y la injusticia de los desahucios. Millones de españoles participaron en el movimiento, y la amplia mayoría de la población apoyó sus demandas. En las plazas ocupadas los indignados organizaron asambleas para tomar decisiones y comisiones de investigación para explorar un amplio abanico de asuntos sociales.
Incluso antes de que se desmantelasen los campamentos en la Puerta del Sol de Madrid, los griegos habían tomado el testigo de los indignados y ocuparon la plaza Sintagma en Atenas para protestar contra las medidas de austeridad. Poco después, las tiendas brotaron en el bulevar Rothschild de Tel Aviv para reclamar justicia social y bienestar para los israelíes. A principios de agosto, después de que la policía británica matase de un disparo a un ciudadano negro, en Tottenham estallaron revueltas que pronto se extendieron por toda Inglaterra.
Cuando unos pocos centenares de ocupantes pioneros trajeron sus tiendas de campaña al Parque Zuccotti de Nueva York el 17 de septiembre, entonces fueron ellos quienes tomaron el relevo. Y efectivamente sus acciones y la expansión de los movimientos en los Estados Unidos y en todo el mundo deben entenderse con la experiencia de aquel año a sus espaldas.
Muchos de los que no tomaron parte en las luchas tendrán problemas para apreciar las conexiones en esta lista de acontecimientos. Las rebeliones norteafricanas se opusieron a regímenes opresivos y sus demandas se centraron en el derrocamiento de los tiranos, mientras las muy diversas demandas sociales de las acampadas en Europa, Estados Unidos e Israel se dirigieron a sistemas constitucionales representativos. Además, las protestas de las tiendas de acampada en Israel (¡no lo llames una ocupación!) sopesó sus peticiones con delicadeza para permanecer en silencio sobre las cuestiones de los asentamientos y los derechos de los palestinos; los griegos se están enfrentando a una crisis de la deuda soberana y a medidas de austeridad de proporciones históricas; y la indignación de los alborotadores británicos se dirigió a una larga historia de jerarquías raciales, y ni siquiera armaron tiendas.
Cada una de estas luchas es singular y se orientó hacia condiciones locales específicas. Lo primero que hay que notar, no obstante, es que de hecho se hablaron las unas a las otras. Los egipcios, por supuesto, recorrieron claramente senderos que ya habían caminado los tunecinos y adoptaron sus eslóganes, pero los ocupantes de la Puerta del Sol también pensaron en su lucha como portadora de las experiencias de la gente de Tahrir. A su vez, los ojos de Atenas y Tel Aviv se centraron en las experiencias de Madrid y El Cairo. Los ocupantes de Wall Street tuvieron todas ellas en cuenta, traduciendo, por ejemplo, la lucha contra el tirano en una lucha contra la tiranía de las finanzas. Puede pensarse que simplemente estuvieran engañados y que hubieran olvidado las diferencias en sus respectivas situaciones y demandas. Creemos, sin embargo, que ellos tienen una visión más clara que los que están fuera de las luchas, y ellos pueden sostener sin contradicción sus condiciones singulares y las batallas locales con la lucha común global.
El hombre invisible de Ralph Ellison, después de una dura jornada en una sociedad racista, desarrolló la habilidad de comunicarse con los otros en la lucha. “¿Quién sabe” concluye Ellison el narrador, "si en el fondo no hablo también por ustedes, aunque sea en las bajas frecuencias?". Hoy también aquellos en lucha comunican en las frecuencias bajas pero, a diferencia de la época de Ellison, nadie habla por ellos. Las bajas frecuencias son ondas abiertas para todos. Y algunos mensajes solo pueden ser oídos por aquellos en lucha.
Por supuesto, estos movimientos comparten una serie de características, la más obvia de las cuales es la estrategia de las acampadas o de la ocupación. Hace una década los movimientos de la alterglobalización eran nómadas. Migraban de una cumbre a la siguiente, iluminando las injusticias y la naturaleza antidemocrática de una serie de instituciones clave del sistema de poder global: la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y los líderes nacionales del G8, entre otros. El ciclo de luchas que comenzó en 2011, en contraste, es sedentario. Frente a la itinerancia de acuerdo con el calendario de las cumbres, estos movimientos se quedan ahí y, de hecho, rechazan moverse. Su inmovilidad se debe en parte al hecho de que estén tan profundamente arraigados en las cuestiones sociales locales y nacionales.
Estos movimientos comparten también su organización interna como multitud. Los corresponsales de la prensa internacional buscaban desesperadamente en Túnez y Egipto un líder de los movimientos. Durante el período más intenso de la ocupación de la Plaza Tahrir Square, por ejemplo, cada día presumían que una figura diferente era el líder real: un día era Mohamed ElBaradei, el ganador del Premio Nobel, al día siguiente era el ejecutivo de Google Wael Ghonim, y así sucesivamente. Lo que los medios no podían entender o aceptar era que no había líderes en la Plaza Tahrir. El rechazo de los movimientos a tener un líder fue reconocible a lo largo del año pero quizás fue más pronunciado en Wall Street. Una serie de intelectuales y famosos apareció en el Parque Zuccotti, pero nadie podía considerar a ninguno de ellos líderes; eran invitados de la multitud. Desde El Cairo y Madrid a Atenas y New York, los movimientos desarrollaron en cambio mecanismos horizontales de organización. No construyeron cuarteles o formaron comités centrales sino que se extendieron como enjambres, y lo más importante, crearon prácticas democráticas de toma de decisiones de modo que todos los participantes pudieran liderar juntos.
Una tercera característica que exhiben los movimientos, aunque en formas diferentes, es que lo que concebimos como una lucha por el común. Lo cual se expresó en algunos casos en llamas. Cuando Mohamed Bouazizi se prendió fuego, su protesta se entendió que se dirigía no sólo contra el abuso que sufrió en manos de la policía local sino también contra la difícil situación social y económica que compartían los trabajadores en el país, muchos de los cuales son incapaces de encontrar un trabajo adecuado a su educación. De hecho tanto en Túnez como en Egipto los gritos que exigían la salida del tirano volvieron a muchos observadores sordos frente a las profundas cuestiones sociales y económicas en juego en los movimientos, así como a las acciones cruciales de los sindicatos. Los fuegos de agosto de los disturbios de Londres también expresaron la protesta frente al actual orden económico y social. Como los amotinados de París en 2005 y en Los Ángeles más de una década antes, la indignación de los británicos respondió a un conjunto complejo de cuestiones sociales, el más central de los cuales es la subordinación racial. Pero la quema y el saqueo en cada uno de estos casos también responde al poder de las mercancías y al gobierno de la propiedad, que en sí mismos son con frecuencia, por supuesto, vehículos de subordinación racial. Estas son las luchas por los comunes, entonces, en el sentido de que contestan las injusticias del neoliberalismo y, en última instancia, el gobierno de la propiedad privada. Pero ello no las hace socialistas. De hecho, vemos muy poco de los tradicionales movimientos socialistas en este ciclo de luchas. Y del mismo modo que las luchas por el común contestan el dominio de la propiedad privada, igualmente se oponen a la dominación de la propiedad pública y el control del Estado.
En este panfleto pretendemos tratar los deseos y los logros del ciclo de luchas que estalló en 2011, pero lo hacemos sin analizarlos directamente. En cambio empezamos investigando las condiciones sociales y políticas generales en las que surgen. Nuestro punto de ataque aquí son las formas dominantes de subjetividad que se producen en el contexto de las actuales crisis sociales y políticas. Nos referimos a cuatro figuras subjetivas primarias — el sujeto endeudado, el mediatizado,el asegurado y el representado—todos los cuales están empobrecidos mientras sus poderes para la acción social aparecen enmascarados y mistificados.
Creemos que los movimientos de revuelta y de rebelión nos aportan los medios no sólo para rechazar los regímenes represivos bajo los cuales estas figuras subjetivas sufren sino también para invertir estas subjetividades en figuras de poder. En otras palabras, descubren nuevas formas de independencia y seguridad en el terreno económico y también en los terrenos sociales y comunicativos, que conjuntamente generan el potencial para deshacerse de los sistemas de representación política y reafirmar sus propios poderes de acción democrática. Estos son algunos de los logros que los movimientos ya han conseguido y que pueden desarrollar aún más.
No obstante, para consolidar y aumentar los poderes de dichas subjetividades es necesario dar otro paso. Los movimientos, en efecto, ya proporcionan una serie de principios constitucionales que pueden ser la base de un proceso constituyente. Uno de los elementos más radicales y de mayor alcance de este ciclo de movimientos, por ejemplo, ha sido el rechazo de la representación y la construcción en su lugar de esquemas de participación democrática. Estos movimientos también dan nuevos significados a la libertad, a nuestra relación con el común y a una serie de acuerdos políticos centrales, que exceden ampliamente los límites de las actuales constituciones republicanas. Estos significados ya están pasando a formar parte de un nuevo sentido común. Son principios fundacionales que ya consideramos derechos inalienables, como aquellos que se anunciaron en el transcurso de las revoluciones del siglo XVIII.
La tarea no consiste en codificar nuevas relaciones sociales en un orden fijo, sino crear en su lugar un proceso constituyente que organice dichas relaciones y las haga duraderas, al tiempo que fomenta futuras innovaciones y permanece abierto a los deseos de las multitudes. Los movimientos han declarado una nueva independencia, y un poder constituyente debe llevarla a cabo.”
11.- Muchos otros son dignos de citarse también y, sin embargo y por el estilo, ni una palabra sobre la vigencia del marxismo como arma teórica necesaria para el 99.99% y, cuando bien nos va, sobre el marxismo, solo se alcanza a cuchichear o para afirmar sin fundamento, que ha caducado que no ha podido y ni podía ocuparse de la realidad de fines del siglo XX y principios del del siglo XXI. Ni una palabra sobre la clase de los proletarios, la clase por excelencia revolucionaria y sepulturera del capitalismo. En todo caso que existe pero que ya no es el sujeto histórico, que las sociedades de nuestro tiempo ya se ha “desproletarizado” y que, clase proletaria y teoría marxista-leninista ahora, soninsuficientes para encontrar la ruta que Marx señalaba en su 11 tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas maneras el mundo, de lo que se trata es de transformarlo” y que Lenin y los bolcheviques aplicaron magistralmente en la I y la II Guerras Mundiales obteniendo victorias históricas y trascendentales sobre el sistema capitalista-imperialista.
12.- Finalmente estos escenarios que estarán presentes en lo que resta del año y que incidirán en la tendencia de la crisis. Se distinguen el asunto de Grecia, su endeudamiento y su posible salida de la zona euro, como la composición de su gobierno que se formará ahora realizada sus elecciones. La situación de España e Italia, su desfalco económico y agravamiento de su deuda. El caso Irán, de las previsibles agresiones militares, después de los bloqueos económicos que ha padecido por su programa de producción de energía nuclear y su respuesta a las amenazas de embargo petrolero. El caso de Cuba y el desenlace de las reformas aprobadas por el VI Congreso del PCC. Un elemento que destaca de las expectativas es lo que sucederá con las economías de los países imperialistas , en los que no están lejanos a periodos largos de recesión, situación que se ve acentuada en la baja en la producción en EE.UU, Reino Unido, China y Japón. El papel del sistema financiero, principalmente de los bancos por su disminución y escases en su liquidez, derivado del endeudamiento y la depreciación de la moneda única, que se desataca más en Europa, acompañada de las elecciones por sucederse o realizadas en EE.UU, Rusia y Francia. El papel de China, que a pesar de su buena posición frente a la crisis, esta presenta un proceso de lento crecimiento y abonará en el entorno de la crisis. El endeudamiento de EE.UU, que es “subsanado” con la edición-impresión de más billetes verdes para cubrirla. Los fondos de pensión de EE.UU, que están en déficit, por la caída del ingreso y la reducción del financiamiento. Y en general la reducción drástica de los préstamos, por el creciente endeudamiento. Los fondos de liquidez en el comercio de los productos básicos, de materias primas. Otro elemento importante que influirá en el desarrollo de la crisis es la profundización y el aumento de las luchas en: África Subsahariana, Oriente Próximo (Medio) y África del Norte. Le siguen Europa Central y Oriental.
13.- Entre nosotros, al mismo tiempo que el debate y la lucha ideológica se ordena y profundiza, avanzamos en la construcción del frente único de la clase obrera, los trabajadores, los campesinos pobres, la juventud y los pueblos del mundo y de México. Creemos, que este VI Encuentro y sus antecedentes, no solo está alimentado y se está alimentando de las formas y los contenidos, la teoría y la práctica de cómo se está expresando la lucha de clases por estos días, también se alimenta de las formas y contenidos y de la teoría y la práctica que a lo largo de la lucha entre explotados y explotadores, oprimidos y opresores que ha habido en las sociedades con propiedad privada sobre los medios de produccióny con clases sociales antagónicas y en el que la lucha de clases “Ha llegado al punto, en la clase explotada y oprimida por excelencia (el proletariado), no puede emanciparse de la clase que la explota y la oprime (la burguesía), sin emancipar al mismo tiempo y de una vez y para siempre, a la sociedad entera de la explotación, la opresión y la propia lucha de clases” (F. Engels. Prólogo al Manifiesto del Partido Comunista de 1883).
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