Informe-Balance del Congreso Social
El Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente, desde su surgimiento (Febrero de 2010), ha tenido 3 Encuentros nacionales, de ellos ha surgido una Comisión Nacional, compuesta por representantes de los congresos sociales estatales existentes y por representantes de los referentes unitarios nacionales convocantes al CS. Esta ha tenido un funcionamiento regular quincenal (más reuniones semanales extraordinarias), ha creado comisiones internas para desarrollar su trabajo (comisión de organización, comisión de documentos, comisión de difusión, comisión de prensa y propaganda, y comisión técnica).
Ha habido un funcionamiento irregular de las comisiones internas; sin embargo, la comisión de organización, principal responsable de coadyuvar y coordinar los trabajos de construcción del congreso social en los estados, municipios, por sectores, etc., le ha dado seguimiento al proceso de construcción del Congreso Social nivel nacional en los estados de Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Morelos, Chiapas, Puebla, Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro, Baja California, Sinaloa, Guanajuato y el Distrito Federal. La principal problemática a la que se ha enfrentado esta comisión ha sido que los referentes convocantes nacionales (a excepción del Dialogo Nacional) no han presentado la información de estados en donde tienen presencia, así como los contactos (nombres y teléfonos) en los mismos, para poder organizar las comisiones organizadoras, asambleas y congresos del congreso social, como fue el acuerdo del Tercer encuentro.
Se le ha dado continuidad al proceso de Construcción del Congreso Social (CS), del 3er Encuentro del Congreso Social a la fecha (mediados de junio 2011) la comisión organizadora en Baja California realizo 2 foros estatales rumbo a la constitución del Congreso Social en dicha entidad. La comisión del Congreso Social en Morelos se reunió de manera permanente. La comisión organizadora del CS en Guerrero se ha reunido de manera permanente, realizando una primera Asamblea estatal y Constituyendo el Frente de Masas Populares de Guerrero (espacio de unidad que forma parte del CS). La Comisión organizadora del CS en Oaxaca, ha desarrollado una labor de construcción de base del congreso social en el estado, habiéndose realizado 5 foros regionales (de las 8 regiones del estado), proyectándose la constitución estatal del mismo, organizando la realización del IV Encuentro del Congreso Social. La comisión de Sinaloa llevo a cabo un foro estatal del Congreso social y ha venido reuniéndose de manera regula. La comisión del Congreso Estatal en el DF ha llevado a cabo varios eventos de discusión y preparación para la constitución del CS en el DF (incluyendo asambleas delegacionales), Las comisiones organizadoras del CS en la región Bajío (Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí) se han reunido de manera regular y hecho actividades en sus estados. La comisión del CS en Puebla se ha reunido y preparado una serie de actividades rumbo a la constitución del CS en ese estado. La comisión organizadora del CS en Chiapas se constituyo a inicios de 2010 y ha desarrollado actividades para crecer el CS en Chiapas. En Veracruz existe una comisión del CS que está desarrollando trabajos hacia el crecimiento del mismo en la entidad. Así tenemos un proceso de construcción de CS en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos, Ciudad de México, Michoacán, Estado de México, Sinaloa, Baja California, Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato, Veracruz y Puebla.
Todas las comisiones organizadoras de los estados presentaran un informe específico del proceso de construcción en sus estados, así como de sus actividades como Congreso Social.
Es necesario aclarar, que la Comisión Nacional del Congreso Social y las comisiones organizadoras de los estados, no solo han acordado y llevado a cabo actividades organizativas, también ha organizado eventos de discusión y análisis (foros) sobre diversos temas: Sobre la Coyuntura política en el 2012 y el papel del Congreso Social, sobre la situación en el Distrito Federal, sobre la Reforma Laboral, Sobre la caracterización de los Gobiernos en el DF, etc.
También La Comisión Nacional y las comisiones estatales han impulsado acciones de movilización en contra del régimen y su política anti popular, particular importancia, por haber logrado su objetivo, tienen las movilizaciones en contra de la reforma laboral Priista de marzo, abril y mayo, que frenaron dicha reforma, en este caso el Congreso Social y el Movimiento Nacional por la Soberanía fueron los principales impulsores.
Otra labor que ha desarrollado la Comisión nacional para acumular fuerzas hacia la nueva constituyente es una amplia y flexible política de alianzas, lográndose del tercer al cuarto encuentro, una relación estrecha con el Movimiento Nacional Por la Soberanía Alimentaria Energética Los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas, y un acercamiento de iguales, con el Movimiento por la Paz con Dignidad que encabeza Sicilia.
Podemos afirmar que, no sin dificultades, el Proceso de construcción del Congreso Social está presente, a distintos niveles en 14 estados de la república, con contactos en el resto de estados, que ha consolidado una coordinación nacional que le da continuidad y seguimiento a los trabajos del mismo; que ha mantenido un proceso de discusión permanente que lo cualifica y posiciona como un espacio democrático abierto para la discusión de los que formamos parte de él y sobre todo abierto hacia todo el pueblo; que el congreso Social se consolida también como un espacio de lucha y movilización, como una alternativa para organizar y ejecutar formas de lucha que enfrenten a la política del actual régimen y preparen las condiciones para su cambio; que mantiene una política amplia y flexible de alianzas con miras a una cada vez mayor acumulación de fuerzas, que permita una correlación de fuerzas a favor de las masas populares; y finalmente que el Congreso Social se ha consolidado como un amplio proceso de unidad en construcción, en el que se discute, se toman resolutivos y se ejecutan las tareas y acciones, con la perspectiva estratégica de luchar por un Nuevo Constituyente y una nueva constitución en el país, que instituya un nuevo régimen que haga posible un Proyecto de Nación Democrático-Popular en interés de las mayorías populares.
Elementos de diagnóstico sobre la situación actual
Existe un rasgo distintivo en la actual situación nacional, el respeto a la legalidad constitucional y al estado de derecho tan cacaraqueado por los gobiernos neoliberales, ha sido totalmente e irreversiblemente roto.
En efecto, la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) del 5 de julio del 2010, respaldando al ejecutivo federal respecto de la constitucionalidad del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), fue un golpe no solo contra este organismo público descentralizado y al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), sino más aún, en contra del conjunto de las empresas e instituciones públicas y del propio movimiento sindical de nuestro país.
La abierta inclinación de los diversos funcionarios gubernamentales a favor de los grupos oligárquicos de la minería y contrarios a la vida autónoma de los organismos sindicales, y en especial del Sindicato Minero, habla del odio de los neoliberales hacia la clase trabajadora mexicana.
Hacer nugatorios los principales derechos y conquistas de la clase trabajadora, se expresa en los intentos de la reforma laboral cuyos fines son claramente anti-obreros, permitir dicha reforma significaría un gravísimos retroceso y una abierta derrota para el movimiento obrero mexicano. Esta reforma, enuncia la postura clara de la oligarquía para barrer los avances laborales producto de casi un siglo de luchas reivindicativas del proletariado mexicano, plasmados en el Artículo 123 Constitucional.
La evidente caída del poder adquisitivo de los salarios, la carencia de empleos suficientes y bien remunerados, la incesante alza en los productos y servicios de primera necesidad (tortilla, huevo, leche, electricidad, gas, gasolina, entre otros) muestra la aplicación implacable de la política neoliberal hacia las masas trabajadoras y populares.
La guerra declarada por el espurio titular del ejecutivo contra el “crimen organizado”, que ha dejado una trágica estela de ya más de 40 mil hogares enlutados, producto de la inconstitucional intervencion del ejército federal en labores que no le corresponden, expresa el desprecio de Calderón por acatar lo establecido por nuestra Carta Magna, en materia de garantías individuales y constitucionales de los mexicanos.
La tendencia prevaleciente en los círculos oficiales que privilegia a las transnacionales de los alimentos, ha propiciado la caída impresionante de la producción agropecuaria del campo mexicano, lo que ha provocado la salida de millones de campesinos hacia las grandes urbes y al extranjero, con toda su cauda de desintegración familiar y de fortalecimiento de los cárteles de la droga.
La lacerante impunidad de las diferentes esferas de gobierno frente a los reclamos ciudadanos y populares de respeto a los derechos humanos y contra la asfixiante inseguridad pública, ha permitido ir creciendo a un conjunto de espacios y organismos sociales tales como, la Asociación de Familiares de los niños de la guardería ABC, la Familia Pasta de Conchos, el “Movimiento por la Paz con Justicia y Libertad”, entre otros. Ellos expresan la creciente lucha por defender las libertades democráticas, los derechos políticos, contra el miedo y la impunidad. Son movimientos que forman parte de la lucha popular y contra el neoliberalismo, a los que debemos acercarnos para tejer vínculos y alianzas de mediano y largo plazo.
El abandono de las responsabilidades gubernamentales frente al evidente rezago educativo, cuyo resultado es la escalofriante cifra de más de 8 millones de jóvenes (casi un diez por ciento de la población nacional) que ni encuentran trabajo, ni lugar en la educación media y superior, refleja la conducta gubernamental contraria al interés de las grandes mayorías de nuestra patria, el pisoteo permanente del Artículo Tercero Constitucional y su privatización subrepticia.
La ceguera de la clase política que solo atina a mirarse al ombligo, se muestra en el grado de sumisión ante las políticas neoliberales dictadas por los centros financieros imperiales y seguidos puntualmente por la oligarquía nativa. Su manifiesta incapacidad para advertir siquiera, el abismo al que están conduciendo al país, se refleja nítidamente en el proceso electoral del Estado de México, campañas soporíferas y carentes de contenido, alejadas del interés de las mayorías populares pero con el uso indiscriminado del clientelismo y la corrupción electoral, están llevando a un nivel de hartazgo pocas veces visto en un proceso electoral reciente. Partidos y franquicias electorales sin arraigo ni representatividad real entre la población, prefiguran un ambiente de apoliticismo sumamente peligroso y cercano a la derechización y al fraude electoral, producto de la ausencia de alternativas políticas verdaderas para el pueblo trabajador.
En suma, las élites oligárquicas y su clase política han venido cerrando toda posibilidad de lucha de los trabajadores y el pueblo, bajo márgenes medianamente legales y constitucionales, dejando sólo la salida de la confrontación abierta entre las diferentes clases sociales. Que cada quien haga su lectura y saque sus correspondientes conclusiones.
Las experiencias internacionales recientes nos demuestran que la lucha unitaria es posible, que todas las formas de lucha y organización son necesarias. Los pueblos árabes y africanos ponen la muestra de que los plantones permanentes sirven hasta para derrocar dictadores; los trabajadores griegos, franceses e italianos muestran que las huelgas obreras son útiles para enfrentar las políticas de austeridad; los jóvenes y estudiantes españoles, portugueses y franceses nos señalan que la indignación puede organizarse y posibilitar saltos de lucha política; los pueblos boliviano y peruano, nos indican que los procesos electorales pueden permitir el cambio en la correlación de fuerzas, etc.
En nuestro país, no se trata de imitar a pie juntillas ninguna experiencia extranjera, por exitosa que nos parezca, sino recorrer nuestro propio camino, solo así tendremos oportunidad de avanzar en nuestro proceso de acumulación de fuerzas. Sin embargo, aún persiste la inmadurez y la carencia de verdaderos procesos unitarios y convergentes, pues más allá de ciertas declaraciones solidarias para con los movimientos en resistencia, todavía esas declaraciones no se traducen en acuerdos sólidos para concretar la tan necesaria unidad obrera y popular, que nos permita enfrentar y vencer a nuestros enemigos de clase.
Existen diversos esfuerzos unitarios que debemos trabajar para fortalecerlos, tales como el “Movimiento Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas”, el “Pacto obrero Minero- Electricista y Magisterial”, el “Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente” son algunos de los procesos que están a la vista.
Construir entonces, los urgentes y necesarios lazos de la unidad proletaria son la tarea pendiente y presente, y a lo que debe abocarse en lo inmediato el Congreso Social. Más allá de la inmediatez de las tácticas electorales, si bien importantes, se encuentra la responsabilidad política para la construcción estratégica de los procesos unitarios, de base y de clase, postergar esta labor, solo aleja a los movimientos de la victoria y ofrece al enemigo de clase, la posibilidad de continuar golpeando a los trabajadores y el pueblo. Esos son, en todo caso, los retos a los que debemos enfrentarnos.
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